La ley de Moises mandaba los 40 día de nacimiento de un niño, debía este ser presentado en el templo y que, si se trataba del hijo mayor, le pertenecía a Dios y por ello había que pagar una limosna como hicieron María y José en la presentación de Jesús. Hoy, 2 de febrero, se cumplen los 40 días del nacimiento de Jesús.
Al presentar un niño había que llevar un cordero y una paloma. Si los padre del recién nacido eran muy pobre podían reemplazar el cordero por una paloma y ofrecer su sangre en sacrificio por los pecados. En la puerta del templo había un sacerdote que recibía a los padres con el niño y decía la oración de presentación ante el Señor. En aquel momento hizo su aparición un hombre inspirado por el Espíritu Santo. Su nombre era Simeón, el profeta. El Espíritu Santo le había prometido que no moriría sin ver al Salvador del mundo. Al llegar al templo esta pareja de jóvenes esposos con su hijo, el Espíritu Santo le hizo saber a Simeón que aquel recién nacido sería el Salvador y Redentor.
Amada y bendita Madre, así como presentaste al mundo a tu hijo, Nuestro Salvador, que por tu intersección podamos también presentar nuestro corazón para amar a Jesucristo. Amén.
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