San
Juan de Capistrano (1385 - 1456)

Nació en Capistrano, diócesis de Sulmona, Italia.
Hijo de un caballero francés o alemán que murió cuando Juan era joven.
Estudió con esmero en la Universidad de Perugia
(Cerca de Asís).
Fue abogado y juez. En 1412 fue nombrado
gobernador de Perugia por Landislaus rey de Nápoles, quien tenía control de esa
ciudad. Luchó contra la corrupción y el soborno.
Cuando estalló la guerra entre Perugia y
Malatesta en 1416, Juan trató de conseguir la paz, pero en vez lo tomaron
prisionero de guerra. En la cárcel decidió entregarse del todo a Dios. Tuvo un
sueño en el que vió a San Francisco que le llamaba a entrar en la orden
franciscana. Juan se había casado justo antes de caer preso, pero el matrimonio
nunca se consumó y fue declarado anulado.
Entró en la orden franciscana en Perugia el 4 Octubre de 1416. Tenía 30 años por lo que el maestro de novicios lo puso a prueba dándole los mas humildes oficios. Fue discípulo de san Bernardino de Siena quien le enseñó teología.
Entró en la orden franciscana en Perugia el 4 Octubre de 1416. Tenía 30 años por lo que el maestro de novicios lo puso a prueba dándole los mas humildes oficios. Fue discípulo de san Bernardino de Siena quien le enseñó teología.
Se distinguió como predicador aun siendo diácono.
Ordenado a los 33 años. Por 40 años fue predicador itinerante por Italia y
otros países. Una vez en Brescia (Italia) predicó a una multitud de 126,000
personas que habían venido de las provincias vecinas. Por su radical llamada a
la conversión y su sencillez, la gente lo relacionaba con San Juan Bautista. Tenía gran fama por su don de curación
y le traían a los enfermos para que les haga la señal de la cruz.
Como San Bernardino, propagó la devoción al
nombre de Jesús, por lo ambos, junto con otros franciscanos, fueron acusados de
herejes. El defendió al grupo con éxito.
Juan tenía gran don para la diplomacia. Era sabio
y prudente, sabiendo medir sus palabras para que estas sirvan la voluntad de
Dios. Cuatro Pontífices (Martín V, Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III) lo
emplearon como embajador en muchas y muy delicadas misiones diplomáticas con
muy buenos resultados.
Tres veces le ofrecieron nombrarlo obispo de
importantes ciudades pero prefirió seguir siendo un pobre predicador.
En 1451 el Sultan Mahoma II se lanzó una campaña
con el fin de lograr la conquista de Europa. Conquistó a Constantinopla en 1453
y entonces se preparó para invadir a Hungría. En 1454 Servia cayó en sus manos.
Las noticias procedentes Servia eran horribles: quienes se resistían a
renunciar a Cristo eran torturados. Todo lo que fuese cristiano era destruido o
confiscado.
En 1454 Juan Capistrano participó en la dieta de Frankfort y se dispuso a preparar la defensa de Hungría. Fue a Hungría y predicó una cruzada en defensa de la cristiandad. A la edad de 70 años el Papa Calixto II lo comisionó para dirigirla. En Szeged unió el ejercito de campesinos que había reunido con el ejército de Hunyady y ambos se dirigieron a Belgrado. Se decía que los cuarteles parecían casas de religiosos mas que campamentos militares porque en ellos se rezaba y se predicaba la virtud. Se celebraba misa diaria. A Juan Capistrano le tenían un gran respeto.
En 1454 Juan Capistrano participó en la dieta de Frankfort y se dispuso a preparar la defensa de Hungría. Fue a Hungría y predicó una cruzada en defensa de la cristiandad. A la edad de 70 años el Papa Calixto II lo comisionó para dirigirla. En Szeged unió el ejercito de campesinos que había reunido con el ejército de Hunyady y ambos se dirigieron a Belgrado. Se decía que los cuarteles parecían casas de religiosos mas que campamentos militares porque en ellos se rezaba y se predicaba la virtud. Se celebraba misa diaria. A Juan Capistrano le tenían un gran respeto.
Ante
la superioridad de las fuerzas enemigas, los cristianos pensaban retirarse.
Pero intervino Juan de Capistrano convenciendo a Hunyady a que atacara la flota
turca a pesar de ser mucho más numerosa. En el momento en que los defensores de
la ciudad se iban a retirar dándose por vencidos, Juan los animó llevando en
sus manos una bandera con la cruz y gritando sin cesar: "Jesús, Jesús,
Jesús". Recorrió todos los batallones gritando entusiasmado:
"Creyentes valientes, todos a defender nuestra santa religión". Juan
nunca utilizó las armas de este mundo sino la oración, la penitencia y la
predicación.
Mientras se luchaba en Belgrado, el Papa pidió rezar el Angelus por la victoria. Los musulmanes fueron vencidos y tuvieron que retirarse de la región.
Mientras se luchaba en Belgrado, el Papa pidió rezar el Angelus por la victoria. Los musulmanes fueron vencidos y tuvieron que retirarse de la región.
Los cadáveres de los muertos en batalla causaron
una epidemia de tifo que también contagió al santo que ya estaba débil y
anciano. San Juan de Capistrano había ofrecido a Dios su vida por salvar la
cristiandad. Dios le aceptó su oferta y pronto murió junto con Hunyady víctimas
del tifo.
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