Mientras la Sagrada Familia permanecía en el pesebre de Belén, un reyes de orientes los visitaron tras una larga travesía siguiendo una estrella. Según la leyenda sus nombres eran Melchor, Gaspar y Baltasar. Estos reyes también eran considerados magos debido a sus grandes conocimientos.
Múltiples son las interpretaciones, como que cada uno representaba a uno de los tres continentes conocidos hasta el momento (Asia, Europa y África); o que cada uno representaba una edad del hombre (juventud, adultez y vejez).
También cuenta la biblia que estos reyes le llevaron al Niño Dios 3 regalos dotados de significado. Estos eran, oro, que simbolizaba que Cristo era rey; incienso, que significaba que Cristo era Dios; y mirra, que significaba que él era hombre. Así se cumplió lo anunciado por los profetas: "Será el rey de reyes, el Señor de señores, y Dios todo poderoso."
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