viernes, 5 de diciembre de 2014

Beato Joaquín Jovaní Marín (1874 - 1936) y compañeros



Nació el 16 de octubre de 1874 en Sant Mateu aunque su familia se trasladó a vivir a Benicarló. Su familia era muy religiosa y guardó una gran relación con el Beato Manuel Domingo y Sol, fundador de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Realizó sus estudios en el seminario de Tortosa y se licenció en Teología en el seminario de Toledo. Fue ordenado presbítero el día 4 de junio de 1898 y el 12 de agosto ingresó en la Hermandad fundada por Mosén Sol. Ocupó diversos cargos de responsabilidad en el seminario de Toledo
En 1927 fue elegido director general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, cargo que desempeñó hasta 1933. En 1934, a petición del arzobispo, volvió a desempeñar el cargo de rector del seminario de Tarragona. El inicio de la persecución religiosa de la II República Española le sorprendió en el seminario de la Seu d´Urgell, en un cursillo de verano con los seminaristas mayores de Tarragona.
El 25 de julio por la tarde entró un grupo de milicianos armados en la capilla donde estaban rezando vísperas. Superiores y seminaristas quedaron detenidos en el mismo seminario. Se les comunicó a los superiores la posibilidad de pasar a Andorra, salvando así su vida, pero la rechazaron por no querer abandonar a sus alumnos. El 26 de julio un autobús y dos camiones trasladan a los presos hasta Tarragona. Durante el trayecto se les despojó de todas sus pertenencias. En Tarragona fueron liberados, Don Joaquín fue acogido por la familia de un seminarista, allí se celebraba la Misa y se rezaba el rosario de forma clandestina. El 2 de agosto un numeroso grupo de milicianos fuertemente armados llamaron a la puerta exigiendo la presencia del sacerdote, su respuesta fue: “Alabado sea Dios; ha llegado la hora.…” Al ser interrogado sobre su identidad, contestó: “Soy sacerdote y rector del Seminario de Tarragona”. A partir de aquel momento quedó detenido y fue trasladado al comité para ser interrogado. A las diez de la noche fue conducido al castillo de Pilatos donde quedó preso. La familia del seminarista José María Reyes le llevaba comida diariamente.
Por influencia de Federico Domingo fue liberado a los pocos días. Se refugió en casa de su primo Justo Marín pero viendo que corría peligro se trasladó junto a su sobrino Vicente a Barcelona, hospedándose en la pensión “El Carmen”. Se le facilitó un pasaporte para ir a Francia junto a su sobrino Joaquín, pero fueron descubiertos y apresados. Junto a ellos fueron detenidos su otro sobrino, Vicente, Federico Domingo y Domingo Roig. Los cinco fueron encerrados en la misma celda de la checa de San Elías. Después de los interrogatorios Domingo Roig fue puesto en libertad, aunque moriría asesinado un mes después en Castellón. Los cuatro restantes fueron llevados al cementerio de Montcada i Reixac, siendo allí martirizados el 5 de diciembre de 1936.

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