lunes, 25 de agosto de 2014

San José de Calasanz (1558 - 1648)



José de Calasanz, español, aragonés, nacido en Peralta de la Sal probablemente el 1558, cuando ha empezado a reinar Felipe II. Pedro Calasanz y María Gastón son los padres de la familia numerosa con siete hijos cuyo benjamín es José. Bien lo formó la buena madre poniéndole al corriente de lo importante para vivir: tierna devoción a la Virgen y odio al pecado.
Estudió los primeros latines -porque quería ser cura- en Estadilla; hizo filosofía y algo de teología en la universidad de Lérida; cambió a la Universidad Valencia para terminar los estudios, pero tuvo que abandonar la ciudad por la persecución de una dama que ponía en peligro su vocación. Se ordenó de sacerdote en Barbastro. Cambió la licenciatura en teología por el doctorado en Barcelona. Fue secretario de varios obispos y se encaminó a Roma para conseguir una canonjía (dignidad por la que se pertenece al cabildo de una catedral).
El Concilio de Trento propuso la edición de un Catecismo que por fin publicó el Papa Pío V. Surgió la Archicofradía de la doctrina Cristiana para procurar a los fieles la instrucción necesaria y alimentar su fe y José de Calasanz organizó las catequesis dominicales; luego fundó una escuela en Santa María del Transtévere para atender la formación de una niñez y juventud abandonada. Cada vez fueron más numerosas y largas las hileras de niños que de todas partes de la Ciudad Eterna quisieron aprovechar la ocasión. Eligió gente responsable que se despreocupe del dinero, mostre interés por el problema y esté dispuesta a la constancia. Estuvo dispuesto a poner el saber al alcance de los pobres también y a que esta deje de ser clasista y privilegio de nobles. Han comenzado las Escuelas Pías. Son gratuitas y para todos. Los seguidores de José formaron una comunidad improvisada. No tienían votos ni reglas, estaban unidos y estimulados por la autoridad moral del fundador que fue apoyo y modelo por su carisma. Y así funcionaron hasta que el papa Paulo V hizo de ella una Congregación de votos simples y Gregorio XV, en 1621, la elevó a la categoría de Orden con votos solemnes y nombró a José de Calasanz como General.
Pero luego llegó  P. Mario Sozzi.Se hizo amigo de los del Santo Oficio y consiguió con malentendidos, intrigas y calumnias la deposición del cargo de General a José Calazancio. Lo humilló hasta conseguir trasladarlo a él y a su Curia entre guardias a los tribunales como espía y malhechor y a desposeerlo de todo gobierno en la orden.
Cuando muere el papa Urbano VIII, una Comisión de cardenales, revisa el asunto y viendo la fragante injusticia cometida con el anciano fundador y con la Orden, se decide la reposición en su función y el restablecimiento de su fama. Pero las cosas habían llegado tan alto que eso supone la difamación del Santo Oficio y la puesta en ridículo de los que intervinieron en el asunto.
Debido a esto, José de Calasanz permaneció en la cárcel hasta que el papa Inocencio X opta por la destrucción de la obra calasancia. aquella decisión papal del 1646 era la ruina y suponía la definitiva destitución del General.
Lo verdaderamente admirable es que en todo este negro negocio de injusticia José permaneció en el ejercicio sublime de la paciencia, humildad, obediencia, sufriendo la calumnia y la desunión de los suyos, al tiempo que animaba como podía a los más próximos a la perseverancia, prometiéndoles una futura restauración.
El 25 de agosto del año 1648, a la edad de 92 años pasó este gran apóstol a la eternidad, a recibir el premio de sus grandes obras apostólicas y de sus muchísimos sufrimientos.

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