sábado, 7 de junio de 2014

San Marcelino Champagnat (1789 - 1840)



Nació en 1789 cerca de Lyon, Francia. Su padre que llegó a ser alcalde del pueblo, por defender y favorecer la religión tuvo que sufrir mucho durante la revolución francesa.
La mamá era sumamente devota de la Virgen Santísima y le infundió una gran devoción mariana a Marcelino, desde muy pequeño, y le consagró su hijo a la Madre de Dios.
Una tía muy piadosa le leía Vidas de Santos, y estas lecturas lo fueron entusiasmando por la vida de apostolado.
Desde muy niño demostró mucha capacidad para aprender la albañilería, y la practicó en su niñez, y después este oficio le va a ser muy útil en sus fundaciones. También era ágil para el negocio.
Terminada la revolución francesa, el Cardenal Fresh (tío de Napoleón) se propuso conseguir vocaciones para el sacerdocio y fundó varios seminarios, Cerca del pueblo de Marcelino abrieron un seminario menor y un sacerdote visitador llegó a la casa de los Champagnat a invitar a alguno de los jóvenes a ingresar en el nuevo seminario. A Marcelino lo entusiasmó la idea, pero su padre y su tío decían que él no servía para los estudios sino para los oficios manuales. Sin embargo el joven insistió y le permitieron entrar en el seminario.
Como le habían anunciado el Papá y el tío, los estudios le resultaron sumamente difíciles y estuvo a punto de ser echado del seminario por sus bajas notas en los exámenes, Pero su buena conducta y el hacerse repetir las clases por unos buenos amigos, le permitieron poder seguir estudiando para el sacerdocio.
Poco antes de recibir la ordenación sacerdotal, él y otros 12 compañeros hicieron el propósito de fundar una Comunidad religiosa que propagara la devoción a la Stma. Virgen y fueron en peregrinación a un santuario mariano a encomendar esta gracia. Marcelino logrará cumplir este buen deseo de sus compañeros.
En 1816 fue ordenado sacerdote y lo nombraron como coadjutor o vicario de un sacerdote anciano en un pueblecito donde los hombres pasaban sus ratos libres en las cantinas y tomando licor, y la juventud en bailaderos nada santos.
Marcelino se dedicó con toda su alma a tratar de acabar con las borracheras y los bailaderos y a procurar instruir a sus fieles lo mejor posible en la religión, Como tenía una especial cualidad para atraer a la juventud, pronto se vio rodeado de muchos jóvenes que deseaban ser instruidos en la religión.
Lo que movió inmediatamente a Marcelino a fundar la Comunidad de Hermanos Maristas fue que al visitar a un joven enfermo se dio cuenta de que aquel pobre muchacho ignoraba totalmente la religión. Se puso a pensar que en ese mismo estado debían estar miles y miles de jóvenes, por falta de maestros que les enseñaran el catecismo, Lo preparó a bien morir, y se propuso buscar compañeros que le ayudaran a instruir cristianamente a la juventud.
El 2 de Enero de 1817 empezó la nueva comunidad de Hermanos Maristas en una casita que era una verdadera Cueva de Belén por su pobreza. Sus jóvenes compañeros se dedicaban a estudiar religión y a cultivar un campo para conseguir su subsistencia. El santo los formaba estrictamente en pobreza, castidad y obediencia, para que luego fueran verdaderos apóstoles.
Pronto empezaron a llegar peticiones de maestros de religión para parroquias y más parroquias, Marcelino enviaba a los que ya tenía mejor preparados, y la casa se les volvía a llenar de aspirantes.
Y como su casa se llenó hasta el extremo, él mismo se dedicó a ayudar a sus novicios y aprovechando sus conocimientos de albañilería, a ensanchar el edificio.
Marcelino murió muy joven, apenas de 51 años el 6 de Junio de 1840. Los últimos 15 años había sufrido de una gastritis aguda, y un cáncer al estómago le ocasionó la muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario