
Esta es quizás una de las fiestas más importante para los cristianos, ya que no solo celebramos la Asunción de la Virgen María a los Cielos, sino que también celebramos la victoria de Dios sobre la muerte, dado que María fue el primer ser puramente humano en entrar en el Reino de los Cielos. Con esta fiesta podemos ver que la muerte no tiene la última palabra, como solemos escuchar, la última palabra la tiene la Vida, la Vida Eterna.
El Papa Pio XII solemnemente definió el dogma de la asunción de María el el 1° de Noviembre de 1950.
Las razones fundamentales para la definición de este dogma presentadas por Pio XII fueron:
1- La inmunidad de María de todo pecado: La descomposición del cuerpo es consecuencia del pecado, y como María no tubo pecados, entonces ella estaba libre de la ley universal de la corrupción pudiendo entrar prontamente en cuerpo y alma en la gloria del cielo.
2- Su maternidad divina: Como el cuerpo de Cristo se había formado del de María, era conveniente que el cuerpo de María participase de la misma suerte que el de Cristo. Ella concibió a Jesús, le dió a luz, lo nutrió lo cuidó. No podemos imaginar que Jesús permitería que el cuerpo que le dió vida llegase a la corrupción.
3- Su Virginidad perpetua: Como su cuerpo fue preservado en integridad virginal,era conveniente que después de la muerte no sufriera la corrupción.
4- Su participación en la obra redentora de Cristo: Marpia, la madre del redentor, por su íntima participación en la obra redentora de Cristo, después de consumado el curso de su vida sobre la tierra recivió el fruto pleno que es la glorificación del cuerpo y del alma.
La Asunción es una señal y promesa de la gloria que nos espera cuando en el fin del mundo nuestros cuerpos resuciten y sean reunidos nuestras almas.
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