
José nació probablemente a Belén. La tradición nos transmite la figura del joven José como un muchacho de mucho talento y un temperamento humilde, dócil y devoto.
José era un carpintero que vivía en Nazaret. Según la tradición, cuando tenía alrededor de treinta años, fue convocado por los sacerdotes al templo, con otros solteros de la tribu de David, para tomar esposa. Los sacerdotes ofrecieron a cada uno de los pretendientes una rama y comunicaron que la Virgen María de Nazaret habría de casarse con aquel cuya rama desarrollase un brote. Sólo la rama de José floreció y de ese modo fue reconocido como novio destinado por el Señor a la Santa Virgen.
Maria, a la edad de 14 años, fue dada en esposa a José, sin embargo ella siguió viviendo en la casa de su familia de Nazaret de Galilea por un año, el tiempo requerido por los Hebreos entre el casamiento y la entrada en la casa del esposo. Fue precisamente en este lugar donde María recibió el anuncio del Ángel y aceptó.
A su regreso de Judea, María puso a su esposo frente a una maternidad que no podía explicar. Muy inquieto, José combatió contra la angustia de la sospecha y pensó hasta en dejarla y huir secretamente para no condenarla en público, pues era un esposo justo. Si María era considerada adúltera la ley sentenciaba que fuera lapidada junto con su hijo, fruto del pecado.
José estaba a punto de actuar así cuando un Ángel le apareció en sueños para disipar sus temores. Todas sus turbaciones desaparecieron y José apresuró la ceremonia de fiesta de entrada de su esposa en su casa.
Un edicto de César Augusto ordenaba el censo de toda la tierra. José y María partieron hacia la ciudad de origen de la dinastía, Belén. El viaje fue muy fatigoso por el estado de María, próximo a la maternidad.
Belén en aquellos días estaba lleno de extranjeros y José buscó en todas las posadas un lugar para su esposa, pero las esperanzas de hallar una buena acogida se frustraron. María dio a luz a su hijo en una gruta del campo de Belén.
Un Ángel del Señor se le apareció a José y lo exhortó a huir.
José se levantó, aquella misma noche tomó al niño y a su madre y partió hacia Egipto para emprender un viaje de unos 500 Km. La Sagrada Familia tuvo que vivir la penosa experiencia de ser prófuga, lejos de su tierra, porque así se cumplía cuanto había dicho el Señor por medio del Profeta: «Llamé de Egipto a mi hijo» .
Inmediatamente después de la muerte de Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño». José se levantó, tomó al niño y a su madre, y volvieron a la tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao gobernaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Conforme a un aviso que recibió en sueños, se dirigió a la provincia de Galilea y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret.
Los miembros de la Sagrada Familia iban a Jerusalén cada año por la fiesta de Pascua. Cuando Jesús tenía 12 años hicieron lo mismo. Pasados los días de fiesta, emprendieron el camino del regreso creyendo que el pequeño estaba en la comitiva. Pero cuando se dieron cuenta de que no estaba con ellos, empezaron a buscarlo afanosamente y, después tres días, lo hallaron de nuevo en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Sus padres se emocionaron mucho al verlo.
Pasaron otros veinte años de trabajo y de sacrificio para José siempre cerca de su esposa, y murió poco antes de que su Hijo empezara la predicación. No vio la pasión de Jesús sobre el Gólgota probablemente porque no hubiera podido soportar el atroz dolor de la crucifixión de su Hijo tan amado.
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