Santa Luisa de Marillac (1591 - 1660)
Patrona de los niños abandonados o huérfanos, viudas, patrona de obras sociales

Luisa no conoció a su madre y su padre murió cuando ella tenía quince años. No obstante, estuvo bien cuidada y recibió la educación en el monasterio real de Poissy, cerca de París dónde su tía era religiosa dominicana.
En 1604, muerta su tía, viajó a París, donde será tutor su tío Michel de Marillac. Luisa aprendió a llevar una casa y entró en los ambientes de reforma católica de la capital, frecuentando las capuchinas del Foubourg Saint-Honoré. Pensó ingresar en alguna congregación e hizo voto de servir a Dios y al prójimo.
Luisa dio el gran paso hacia el matrimonio en 1613, con Antonio Le Gras la pareja tuvo su único niño en el primer año de matrimonio. Aunque consagrada a su familia, Luisa seguía todavía anhelando una vida de servicio a Dios y cumplir su voto privado de dedicación total a Él. Poco después del nacimiento de su hijo, su marido, Antonio, contrajo una enfermedad crónica y eventualmente cayó postrado en cama.
En 1625 falleció su marido y dejó a Luisa libre para cumplir su gran misión en la vida. Ella asumió la tarea de su propio perfeccionamiento espiritual. Escribió sus propias «Reglas de Vida en el Mundo» que detallaban una estructura para su vida.
En el siglo XVII en Francia el cuidado caritativo de los pobres estaba completamente desorganizado.
Al comienzo de 1633, Luisa asumió la tarea de poner orden en ese caos. Aunque las adineradas Señoras de la Caridad tenían fondos para ayudar a los pobres, no tenían el tiempo o el temperamento para vivir una vida de servicio e inserción entre los pobres. Luisa de acuerdo con Vicente reunió en su casa para formar a las mujeres del pueblo jóvenes humildes que tenían la energía y la actitud apropiada. Con un grupo de cuatro jóvenes que vivían en su casa, Luisa comenzó a prepararlas y a preocuparse de los necesitados y les enseñó también a desarrollar una vida profunda de espiritual «Amar a los pobres y honrarlos como honrarían al propio Cristo». Esto fue la fundación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.
El trabajo de Luisa con estas mujeres jóvenes desarrolló un sistema de atención en el Hôtel-Dieu, el hospital más antiguo y más grande de París. Su trabajo fue bien conocido y las Hermanas fueron invitadas a Angers a tomar a su cargo la organización del hospital. Éste fue el primer proyecto fuera de París para la nueva comunidad. Luisa misma hizo el arduo viaje a Angers en compañía de tres hermanas. Después de completar las negociaciones con la ciudad y el hospital, Luisa promovió la colaboración entre los doctores, enfermeras y otros para formar un equipo completo. Bajo la guía de Luisa de Marillac las Hermanas extendieron su servicio para incluir los hospitales, orfanatos, instituciones para ancianos y enfermos mentales, prisiones, escuelas y el campo de batalla con ayuda a las víctimas de la Guerra de los Treinta Años.
Después de un tiempo de debilidad creciente y poca salud, Luisa de Marillac murió santamente.
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